A la hora de iniciar un proyecto a largo plazo (curso
académico), es necesario una adecuada planificación de las actividades en
diferentes fases para obtener unos resultados positivos. Esta fue nuestra
primera labor, ordenar y distribuir las actividades a lo largo del curso.
Previamente recogimos las múltiples propuestas que
surgieron de la lluvia de ideas que realizamos entre todos; algunas fueron
desechadas por considerarlas poco factibles (pintar el centro, organizar
viajes, acampadas nocturnas...) pero otras tuvieron una mayoritaria aprobación.
Muchas surgieron de experiencias anteriores, algunas
fueron propuestas por otros profesores, otras se habían ideado con anterioridad
pero no se habían realizado y algunas otras fueron propuestas partiendo de los
contenidos que vimos en internet.
Con este amplio abanico de actividades, lo más
factible era distribuirlas a lo largo de los tres trimestres, periodos de
tiempo mucho más amplios y prácticos que a nivel mensual, ya que éstos se
reducen notablemente por las vacaciones de Navidad, Semana Santa y el puente de
los Carnavales.
De nada valía realizar
la distribución sin contar con la valiosa participación del Departamento de
Orientación; es éste el departamento, en gran medida, que regula las
actividades que se desarrollan con los alumnos, vía tutores, a lo largo del
curso, por lo que su colaboración era indispensable. Para presentarles nuestro
proyecto, invitamos a Verónica (Orientadora) y a Olvido (Educadora Social) a
que vinieran a nuestro aula para exponerles nuestra Programación Anual de Actividades. Sus
aportaciones fueron muy valiosas y positivas y, salvo pequeños cambios, se
mantuvo la estructura de actividades que habíamos establecido.
Finalmente, invitamos a
nuestro aula al Director del centro para informarle de nuestro proyecto y
mostrarle nuestra predisposición a colaborar en cualquier actividad.
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